TRAS 60 AÑOS DE LA ENTRADA DE LAS TROPAS SOVIÉTICAS EN AUSCHWITZ

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Como era de esperar, la ceremonia por el 60 aniversario de la liberación de Auschwitz significó un nuevo montaje de la publicística sensiblera de los vencedores de la Segunda Guerra Mundial. Los actos en recuerdo de las víctimas del HOLOCAUSTO devinieron en un sistemático ataque a los grupos y colectivos opuestos a la eliminación de los pueblos de europa.
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El mas claro ejemplo de dicha utilización sistemática del HOLOCAUSTO como arma contra los grupos no afines a los poderes contemporáneos fue Kurt Julius Goldstein, superviviente de Auschwitz de 90 años, que en su intervención lamentó que los “neonazis” pudiesen manifestarse en Alemania y que el Tribunal Constitucional Alemán no llevase a cabo hace dos años la prohibición del NPD como movimiento político. “Para nosotros es inhumano y nos hace sufrir”, son las palabras con que Goldstein terminó su exigencia entre lágrimas.


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El montaje del Holocausto debe terminar. El inaceptable insulto a los muertos, a las numerosísimas víctimas no judias de la Segunda Guerra Mundial (55.000.000), a todos aquellos que fueron asesinados bestialmente a manos del Bolchevismo y del Capitalismo y que son completamente ignorados (los 7 millones de la hambruna provocada como metodo represivo en Ucrania por el estalinismo en los años 1932-33 o los mas de 3 millones de la guerra de Vietnam) es un verdadero atentado contra la dignidad de las víctimas de genocidios, guerras y purgas masivas habidas a lo largo de la historia, todos olvidados e ignorados con cinismo atroz, PRECISAMENTE, por aquellos que el dia 27 se arrodillaban ante las ya hace mucho sobreexplotadas imágenes de Auschwitz. El Holocausto es probablemente la Gran Injusticia del siglo XX, pero no precisamente por lo que las numerosas películas de Hollywood sobre el tema pretenden, sino por el agravio comparativo.

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La Segunda Guerra Mundial significó un sufrimiento atroz para una numerosísima cantidad de gente, casi la totalidad de Europa sufrió de un modo u otro la bestialidad de aquella contienda que, no olvidemos, fue llevada a cabo para destruir un nuevo sueño, una nueva ideología salvadora que se había estado gestando en el pueblo alemán en su versión mas nórdica y en el italiano en la mediterránea y que desde ahí se extendia por el resto de Europa como la pólvora en forma de partidos y movimientos equivalentes.
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Muchos de estos movimientos estaban a punto de tomar el poder en sus paises o crecían a una velocidad aterradora para las democracias occidentales basadas en un modelo liberal-capitalista mas anticuado. Tal es el caso del rexismo de Degrelle, el Partido de Unidad Nacional de Quisling o el del carismático Oswald Mosley en Inglaterra, que consiguió un mas que respetable número de votos en 1937 y que hubiera podido llegar a ser peligroso rival para el gobierno de no comenzar la Segunda Guerra Mundial y ser prohibido. Fueron muchos y muy ilustres los ingleses que contemplaron al nacionalsocialismo con buenos ojos, pero como es natural en ese pueblo en cuanto comenzó la guerra se disipó toda duda e hicieron frente común junto al dirigente de su pueblo contra Alemania. Para ellos fue a partir de ahí una cuestión nacional, no ideológica.

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Cada dia es mas la gente que cede ante unas imágenes de diseño armonizadas con una música estratégicamente escogida dentro de lo que es la maquinaria de la publicística. Ese es tambien el funcionamiento habitual de las asociaciones internacionales de pedigüeños: La foto profesional de un niño llorando, la musiquita de fondo y a pasar el plato para unas obras sociales que bien sabemos que no solucionan ni solucionarán nunca el problema del Tercer Mundo, porque ahi el verdadero problema es el propio sistema capitalista en si. La lógica infernal del Holocausto es exactamente la misma que la utilización de ese niño, pero esta vez con unos fines 100% políticos y totalmente malintencionados: Primero la descalificación del nacionalsocialismo como ideología por encima de cualquier argumento que pueda haber a su favor. Segundo y mas actual, el acallamiento de cualquier movimiento contestatario a la eliminación de las Naciones de Europa en aras a un nuevo e inquietante orden.
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Porque eso y no otra cosa es el Holocausto, una magnífica herramienta política, una perfeccionadísima y atroz utilización del victimismo, del uso del sufrimiento y la compasión como chantaje, como método mediante el cual los vencedores de la Segunda Guerra Mundial, aquellos que violaron, quemaron, arrasaron y humillaron a tantos, aquellos que usaron bombas de fósforo contra inocentes refugiados o que incluso lanzaron bombas atómicas contra centros urbanos del Japón como horripilante chantaje para lograr una rápida rendición del “enemigo”, podrían hacer de los vencidos víctimas y culpables. Es así como el pueblo alemán, desde el principio, desde aquellos duros dias en los que todavía deambulaban entre las ruinas de sus propias casas, entre el hambre y la desesperación, fue forzado a reconocer como víctimas a los vencedores de la contienda y a aceptarse a si mismos como unicos culpables.
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Hoy todavía en el siglo XXI sigue vigente esta herramienta como el primer dia. Así es como dice Schroeder en el 60 aniversaro de la "liberación" del polémico campo de concentración de Auschwitz por parte de las tropas soviéticas que los alemanes deben sentirse aún avergonzados y responsables por aquellos actos. Y es igualmente así, como en estos tiempos en los que los pueblos de europa son inexorablemente borrados de la faz de la tierra en un proceso de repoblación terrible y nada sutil fuera de la atronadora voz de la cotidiana propaganda oficial, como debemos callar y aceptar en silencio. Es el Holocausto, el nuevo "crucificado", aquella figura patética ante la que debemos humillarnos aceptando nuestra "culpa" y dejándonos a causa de ella pisar sin queja alguna.
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El Holocausto es la herramienta política mas perfecta y mejor utilizada en la historia hasta el presente, eso es algo que no hay que olvidar. Por eso, la lucha contra esta tiranía, contra estas mentirosas e hipócritas ataduras así como la lucha para que se reconozcan a aquellas verdaderas víctimas, aquellas que hoy yacen silenciadas y muchas veces todavía mas de medio siglo después insepultas, es deber de todos y cada uno de los descendientes de aquellos que perdieron la guerra. Es necesario salir en defensa de su memoria, de la dignidad de aquellos seres cuya cifra es muy superior a esos teóricos 6 millones que ya ni siquiera los historiadores mas ciegos creen.
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EN LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL MURIERON SEGÚN LAS CIFRAS MAS OPTIMISTAS ALREDEDOR DE 55 MILLONES DE SERES HUMANOS PORQUE LOS PODERES BOLCHEVIQUES DE ORIENTE Y LOS PODERES CAPITALISTAS DE OCCIDENTE DECIDIERON QUE AQUELLA NUEVA IDEA, AQUELLA NUEVA LUZ LLAMADA NACIONALSOCIALISMO, DEBÍA SER SILENCIADA.
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El maravilloso montaje del Holocausto debe ser desmantelado. El REVISIONISMO no es un insulto a las víctimas como afirman algunos, sino la defensa de la dignidad los vencidos y de la VERDAD histórica.